POSTPARTO, ¿Y AHORA QUÉ?

El embarazo es un largo periodo de nueve meses que implica grandes cambios para el cuerpo y, en Fisioterapia Madrid sabemos que, una vez superado el parto, muchas madres activas están como locas por volver a sus rutinas deportivas. Es normal querer volver a los hábitos y desear recuperar la forma física cuanto antes, pero es importante respetar los plazos naturales del cuerpo y estar bien asesorado en todo momento.

Sin duda, la zona perineal es la más castigada durante todo el proceso, lo que puede derivar en diversas complicaciones como la incontinencia urinaria, incontinencia fecal, prolapso (descenso de la vejiga, útero o recto) o dolores perineales por las cicatrices. Por ende, durante la primera fase postparto, es decir, 6-8 semanas que implica la cuarentena, no debería practicarse ejercicios que impliquen bipedestación prolongada, carga de pesos o impacto en el cuerpo, permitiendo así que los tejidos se recuperen de todas las presiones, lesiones y tensiones soportadas en el embarazo y parto. Por supuesto no se recomienda una vida sedentaria, caminar, estirar, ejercicios circulatorios y respiratorios son los más recomendables. Nuestro cuerpo necesita una fase de readaptación para recuperar su forma anterior sin ningún riesgo, respetar estos tiempos tendrá a la larga mayores beneficios. En caso de haber sufrido cicatrices a causa de episiotomías, desgarros o cesáreas, se recomienda también evitar la práctica de la natación, para favorecer una adecuada cicatrización.

La diástasis abdominal también preocupa tras el parto, un abombamiento de la tripa a causa de la debilidad y separación de la pared muscular y aumento de volumen. En Fisioterapia Madrid, recomendamos una revisión posparto con la finalidad de determinar posibles lesiones musculoesqueléticas derivadas del embarazo o parto, pudiendo marcar en consecuencia un tratamiento preventivo o terapéutico para cada caso, aconsejando a la mujer las mejores prácticas para la recuperación según sus características. Durante las primeras ocho semanas, recomendamos tomar la vida con calma, caminar, estirar y permanecer activa de forma suave. A partir de ese momento, acudir al especialista y establecer una serie de pautas para nuestro caso concreto.