TAMBIÉN EXISTEN LAS LESIONES EN LA PISCINA

Sí, desde Fisioterapia Madrid, acostumbrados a trabajar con nadadores profesionales, saltadores olímpicos y jugadores de waterpolo, entre otros, sabemos y defendemos la natación como el deporte más completo. Sin embargo, esto no exime de algunas lesiones.

Nadar es el deporte más beneficioso y que menor resistencia ofrece, es saludable y apto para cualquier edad y condición física. Por supuesto, también hay que tener cuidado y realizar una correcta práctica y ejecución, pues nadie está libre de sufrir una lesión, en concreto, una de las más habituales, afecta al pectoral mayor.

Y es que muchos piensan que con lanzarse a la piscina vale, que es un deporte que puede realizarse de cualquier manera porque es el mejor para la salud y no se necesita mucho entrenamiento previo, ponerse a nadar y listo. Es aconsejable que, si llevamos tiempo de inactividad o es la primera vez que nos enfundamos el bañador, tengamos especial cuidado con la intensidad, el tiempo y, sobre todo, los estiramientos. Sí, en Fisioterapia Madrid decimos que estirar antes de entrar en el agua y después de salir es fundamental una rutina de estiramientos.

Como decimos, la lesión del pectoral mayor es una de las más comunes en la piscina. El pectoral mayor es el gran músculo plano del pecho. Lesionarlo puede implicar dolor en el hombro, pecho y codo ya que su función principal, cuando las tres partes del músculo se activan, es ejercer una rotación medial del hombro (hacia el interior), que aduce el brazo (acercándolo al cuerpo) para cruzarlo ante el pecho.

La mala praxis puede generar tensión en el mismo, haciéndonos sentir molestia en el movimiento. Cuando eso pasa, lo primero es visitarnos en Fisioterapia Madrid, aunque puede ser recomendable ese mismo día aplicar un poco de frío en la zona, para frenar las posibles reacciones inflamatorias.

¿Cómo podemos estirarlo?

  • Sitúate ante la puerta, adelanta un par de pasos una de las piernas, posa la muñeca en el marco en un ángulo de abducción de 45 grados y extensión de 45 grados y, bajando con la rodilla y la cadera, adelanta el cuerpo sin flexionar las lumbares. Al quedar la muñeca fija en el marco y el cuerpo adelantado, toda la musculatura del brazo de la cara anterior se estira hasta el pectoral.
  • De pie, pon la espalda mirando hacia la puerta, extendemos un brazo hacia atrás de manera que quede paralelo al suelo y apoyado en el marco. Con el cuerpo giramos y llevamos el torso hacia el lateral contrario.
  • En posición horizontal, tumbados y con las piernas flexionadas, colocamos las manos en la nuca y estiramos los codos, sintiendo cómo el pecho se estira.